¡Hola! Soy Sofía Vergara, y no hay nada que ame más que una buena taza de tintico y una buena conversación. Así que escucha, porque estoy a punto de invitarte a las dos.

Cuando se trata de mí, me encanta contarte que, bajo todo el brillo y el glamour, está una mujer que es colombiana de pies a cabeza. Claro, tengo la apariencia, la risa y el talento, pero lo que tal vez no sepas es cuánto adoro mis raíces colombianas, las tradiciones y la vitalidad de mi tierra natal.

¡Barranquilla, ahí es donde todo comenzó para mí! Nací y crecí en esta joya colombiana, una ciudad donde se vive y se ve belleza, música, arte y, lo adivinaste, delicioso café. Desde que era chiquita, el aroma del café recién hecho llenaba la casa de nuestra familia. Sin embargo, es más que un recuerdo de la infancia. Soy muy exigente con el café porque soy una apasionada defensora del increíble café de Colombia, y déjame decirte, ¡nuestra calidad es más que excelente! Es el alma de muchos colombianos.

Ahora bien, ya sabes que no me conformo con cualquier cosa, y después de mudarme a Estados Unidos, encontrar esa taza perfecta como en los viejos tiempos fue un reto. Después de mucho buscar, finalmente encontré a las cafeteras que son expertas en café como yo, ¡las auténticas caficultoras colombianas, mis socias!

¡Dios Mío! Coffee no se trata solo de encontrar los mejores granos (aunque los granos colombianos son bastante espectaculares). Se trata de celebrar a las increíbles mujeres que nutren esos granos con tanto amor. Estas mujeres increíbles trabajan en sus cafetales como nadie, continuando una tradición que se ha estado gestando durante generaciones.

No solo están preparando una taza deliciosa, sino que están creando un futuro mejor para ellas y sus comunidades. ¡Esa es una historia que sigo escribiendo, con una taza de Café ¡Dios Mío! en la mano, por supuesto!

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